Desde las elecciones generales de 1920 no se habían vuelto a convocar en el mes de diciembre elecciones generales en España, y mucho menos tan cerca de las fechas de Navidad (por cierto ganaron los conservadores).
Los que saben dicen que la fecha es beneficiosa para el partido en el Gobierno por motivos varios: la paga extra para los que la tengan, la salida de vacaciones fuera del lugar habitual de residencia, los estudiantes universitarios ya de vacaciones, etc. En definitiva estamos con la cabeza en otras cosas y eso favorece siempre a la continuidad en el voto.
Pero lo cierto es que en Navidad también somos más impulsivos, buscamos una mayor recompensa, y nos proyectamos al futuro, uno mejor, y lleno de cambios en nuestra vida.
Esto es importante porque puede que a pesar de la denominada “borrachera de Navidad” los últimos días de campaña serán más importantes de lo que parece sobre todo en la redes sociales.
Hay que tener en cuenta el conocido FOMO (Fear of Missing Out) claramente relacionado con las redes sociales, y es que estamos siempre conectados porque no queremos perdernos nada. Desde luego las redes no dan mucho lugar a una reflexión y al análisis profundo, pero algo queda en cada momento. Además el recuerdo es más activo si va acompañado de imágenes o metáforas, chistes o cualquier mensaje corto, y recordemos que el voto es emocional.
Creo que esta campaña va a tener dos tiempos diferenciados, antes del puente de diciembre en el que será más convencional y en los últimos cinco días en los que veremos cómo lo hacen cada uno de los partidos , porque van a ser más importantes de lo que parece para conseguir el voto.
Con lo que cuidado con los mensajes que no proyecten esperanza, quedarse en estos momentos en el pasado y utilizar las técnicas de rememoración del marketing navideño puede no ser la mejor opción.