Está claro que las tecnologías, tanto la inteligencia artificial como la robótica van a transformar el concepto de trabajo, de forma casi inmediata, y a la vuelta de unos cinco años ya se notará de forma importante en el mercado de trabajo y por tanto en las sociedades, sobre todo en la más desarrolladas.
Según un estudio de la Universidad de Oxford con la automatización se pueden perder un 57 % de los trabajos de los países de la OCDE. Y desde luego es algo más que un titular sensacionalista, porque recordemos que en Davos en 2016 fue el momento de la “cuarta revolución industrial” y en 2017 de como liderar[1] ese cambio teniendo un marcado carácter político[2], más que empresarial en este punto como nos indica Gutiérrez Rubi[3].
El empleo es una parte esencial de cualquier programa electoral y de momento prometer es gratis. Mi gran pregunta es ¿ son conscientes nuestros líderes y por ende los candidatos de lo que va a suponer en nuestras sociedades los robots como mano de obra y la pérdida de empleo de los trabajadores menos cualificados? y como ¿la inteligencia artificial como afectará a nuestros comportamientos en el consumo interno o externo y sus efectos cómo factor de redistribución de la renta?. De momento, parece que solamente tenemos que abordar las soluciones al paro, o al menos a reducir las cifras en todos los países, sobre todo los desarrollados.
Las soluciones de los expertos políticos económicos que aplican políticas de salarios mínimos, en las que analizan los datos de salarios medios, o con moda y mediana, planteando una solución táctica a un problema estratégico y abordándolo desde perspectivas nacionales en las que se apoyan los partidos políticos. No parecen estar de acuerdo con Zygmunt Bauman en que “ el poder es global la política, local ”, al menos ahora.
Me imagino que no es que no sepan lo que se avecina, sino que de momento están buscando con medidas como la renta básica soluciones a algo que no se solucionara con subvencionar, sino con una transformación profunda de la educación y cualificación adecuada a las nuevas necesidades[4]. Veremos a ver cómo funciona el experimento de Finlandia, el de Utrech este año o el de Oakland en Estados Unidos, pero creo que no será la solución.
Pero lo que parece claro, es que no es una cuestión de cantidad, sino de calidad, en cuanto al empleo. Los datos de paro en EEUU eran buenos, muy buenos y gano Trump porque el asunto está en la pérdida de capacidad adquisitiva de la clase media, algo que está pasando en todos los países desarrollados.
Es un problema de desigualdad por el paso de un status social a uno inferior en cuanto a los niveles de ingresos desde el punto de vista de la economía política esta brillantemente planteado por Lupu y Pontusson[5] . Pero lo que realmente preocupa al ciudadano de a pie, no es solo sentir que puede bajar, sino en el miedo al futuro y de ahí una vuelta a los populismos, de cualquier signo, que están generando el crecimiento de los partidos de ideologías extremistas tanto políticas, como religiosas en países islámicos, son una realidad en los 194 países soberanos que existen en nuestro mundo con diferente intensidad de momento, pero ahí están.
[1] https://www.weforum.org/es/agenda/2017/02/apelando-a-la-politica-de-la-disrupcion
[2] https://franciscomisiego.wordpress.com/2016/04/17/el-sesgo-cognitivo-de-los-politicos-espanoles-sobre-el-empleo/
[3] http://www.gutierrez-rubi.es/2017/01/17/especial-foro-davos-2017/
[4] http://manpowergroup.com/wps/wcm/connect/5943478f-69d4-4512-83d8-36bfa6308f1b/MG_Skills_Revolution_FINAL.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=5943478f-69d4-4512-83d8-36bfa6308f1b
[5] http://www.noamlupu.com/structure_inequality.pdf